IV DOMINGO DE PASCUA
(Hechos
13:14.43-52; Apocalipsis 7:9.14-17, Juan 10:27-30)
Así como se
ha nombrado el Segundo Domingo de la Pascua “Domingo de la Divina
Misericordia”, se llama este Cuarto Domingo de la Pascua “Domingo del Buen
Pastor”. Siempre en este domingo leemos
parte del discurso del Buen Pastor encontrado en el Evangelio según San
Juan. Hoy hemos leído lo que constituye
la conclusión del discurso.
La lectura
recalca tres temas. Primero, sus ovejas
escuchan la voz de Jesús, el Buen Pastor.
Eso es, sus seguidores oyen y aceptan sus palabras. Aunque retan (“ustedes también deben lavarse
los pies unos a otros”), igualmente consuelan (“No los dejaré huérfanos;
volverá a ustedes”). Sea castigando o
sea apoyando, la voz del Buen Pastor siempre dice la verdad que nos hace
libres.
Segundo,
nadie arrebata las ovejas de las manos del Buen Pastor. No es posible porque las ovejas solo siguen
su voz. Las ovejas saben que él los
guiará a las praderas verdes de la vida eterna. Si alguien se ha huido a religiones
no cristianas, es porque no ha escuchado la voz del Pastor.
Finalmente,
Jesús dice que él y el Padre son uno. La
frase no pretende ser prueba que Jesús es Dios.
Más bien, indica que los dos, Padre e Hijo, son unidos en el amor. Durante la Última Cena con sus discípulos
Jesús orará al Padre que todos sus discípulos sean así unidos: “Como tú, Padre,
en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros” (17,21b).
El nuevo
papa es el sucesor de Pedro, quien Jesús eligió para ser su vicario. Como Pedro
habló con la voz de Cristo, así tiene que hablar el nuevo papa. Debe pasar
fielmente las enseñanzas de Jesús para que no desvíe la gente del camino a la
vida. Igualmente necesario, tiene que
mantener a todos cerca de él de modo que nadie las arrebate. Esto implica que la gente se sienta su
amor. El papa Francisco ganó el afecto
del mundo cuando besó al hombre cuyo rostro fue cubierto con tumores. Esperamos que el nuevo papa no falte este
género del amor demostrable.
No ha
habido grandes números saliendo de creencia en Jesucristo para otras religiones. Sin embargo, muchos cristianos han rechazado
al papa como su vicario. Primero los
ortodoxos se separaron de la Iglesia Católica.
Luego, los evangélicos han negado la autoridad del Obispo de Roma. Muchos de este segundo grupo han aceptado
prácticas morales que no corresponden a las de la Iglesia Católica. El nuevo papa debe buscar caminos que
unificarán a ellos, por lo menos en obras caritativas y esperanzas como es el
caso en la fe y el Bautismo.
Además de
ser pastor, el nuevo papa tendrá otros papeles.
Así como Pedro, tiene que ser pescador de hombres y mujeres. Como una fuerza moral conocida por casi el
mundo entero, tiene que recordar a los líderes nacionales de la necesidad de
resolver conflictos con diálogo y compromiso.
Uno de los mejores papas en la historia nombró otro papel para el papado. San Gregorio Magno llamó a sí mismo y a todos
papas que han ocupado el oficio, “servidor de los servidores de Dios”. Como Cristo y todos cristianos, el papa tiene
que servir.
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