Vigésimo tercer domingo “durante el año”
(Isaías
35:4-7; Santiago 2:1-5; Marcos 7:31-37)
Un
conocimiento de la geografía de Israel nos ayudará capturar el significado del
evangelio hoy. Dice la lectura que Jesús encuentra al sordo y tartamudo en la
región de Decápolis. Es lugar de la
cultura griego-romana. Por eso, se puede
decir que el hombre es pagano. Así, no
puede dar gracias y alabanzas a Dios.
Sin embargo,
las acciones de Jesús lo libran de las trabas.
Por meter sus dedos en los oídos del hombre, Jesús los abre de modo que
escuche la palabra de Dios. Por tocar su
lengua con saliva Jesús se la endereza de modo que añada su testimonio acerca de
Jesús. Las dos acciones sirven como signo
del bautismo que nos hace seguidores de Jesús listos para proclamarlo como el
bien esperado mesías. De hecho, hasta el día hoy se incluyen el toque de los
oído y la boca en el rito del bautismo.
Nosotros bautizados
hemos de hablar de Jesús en un mundo que quiere abolir su nombre. El modo de que los franceses se burlaron de
Jesús en las Olimpiadas indicó este desarrollo desafortunado.
Aunque existen muchos musulmanes justos, en los países con una mayoría
de musulmanes casi siempre se trata de forzar la conversión de cristianos o
mantenerlos sujetos a ellos. También se
puede ver la despreocupación para el cristianismo en los gobiernos autoritarios
como aquellos de China y Rusia que quieren controlar la Iglesia.
Sin
embargo, hay mujeres y hombres que defienden nuestra fe. El año pasado una mujer que era musulmana en la
infancia y atea en la juventud se convirtió al cristianismo. Ahora ella proclama el cristianismo como el
mejor modo de hacer frente a las fuerzas que buscan estrangular el cristianismo
y dominar la persona humana. Bien inteligente
y articulada, la Señora Ayaan Hirsi Ali ve en Jesús y la Iglesia los modos con
la mayor posibilidad de contener las amenazas no solo al cristianismo sino
también a la libertad humana.
La Señora Hirsi
Ali nació en Somalia. Su familia era musulmana,
pero no practicaba esa fe. En 2002 Hirsi
Ali condenó los ataques contra las Torres Gemelas del año anterior y criticó el
Islam por la doctrina de yihad contra los “infieles”. Entonces abrazó el ateísmo por su modo de levantar
la razón sobre la locura humana sin tener ilusiones de la vida después de la muerte. Le pareció el ateísmo más realístico y
beneficioso para el mundo que las alternativas.
Pero en tiempo se recapacitar su planteamiento. Vio que el racionalismo tiene faltas. Se dio cuenta de que el cristianismo ha vencido
amenazas tan grandes como las fuerzas prepotentes que quieren dominar el mundo
hoy: el autoritarismo y expansionismo de Rusia y China, el fanatismo de Islam,
y la ideología de la cultura “woke”.
Concluyó que solo la tradición judío-cristiana tiene la capacidad de defender
el bien común ahora.
Tal vez
estamos pensando: ¿Qué tiene que ver la lucha contra las fuerzas dominadoras con
nosotros? Creo mucho. Menos que escuchamos la palabra de Dios y
hablar de ella con nuestros niños y nietos, sobrinos y amistades, ellos se
caerán como víctimas de las fuerzas malas.
Para defenderse, queremos que ellos conozcan a Jesús que nos dio el patrono
para una sociedad justa y fuerte. Aún
más necesario, nos envió el Espíritu Santo para reconocer el mal y luchar contra
ello.
No queremos
ser alarmistas. Al contrario, que calma
y deliberadamente expliquemos a cualquiera que oiga que Jesús es el salvador
como indica la primera lectura. Él ha
venido como justiciero a los fieles.
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