Domingo, 7 de mayo de 2023

QUINTO DOMINGO DE PASCUA

(Hechos 6:1-7; I Pedro 2:4-9; Juan 14:1-12)

El evangelio hoy es una de las obras maestro del Nuevo Testamento.  Jesús está dando su último discurso a sus discípulos en el Evangelio de Juan.  Trata varios temas como su mandamiento de amor, la promesa del Espíritu Santo, y la necesidad de quedarse conectado a él.  En la sección que acabamos de leer Jesús conforta a sus discípulos por el dolor que sentirán cuando él vaya.  En el proceso nos comparte algunas claves de la vida espiritual.

Primero, comparte un poco sobre su destino y, eventualmente, el destino de sus seguidores.  Compara la vida eterna con un hotel con habitaciones para todos.  Cuando Tomás, aquí también un poco escéptico, le pregunta sobre este lugar, Jesús le responde con referencia a sí mismo.  Dice que él es “’el camino, la verdad, y la vida.’”  Porque esta frase es tan densa, tenemos que desempacarla un poco.

Cuando Jesús dice que él es “la vida”, quiere decir que él es nuestro destino, la vida eterna.  Ver a Dios, la visión beatífica, es la esencia de la vida eterna.  Pero Jesús contará a Felipe: “’Quien me ve a mí, ve al Padre.’” San Pablo indica la maravilla de esta visión cuando escribe a los corintios: “Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara” (I Cor 13,12). Conocer a Cristo así debe ser más tremendo que cualquier vista natural sea la cima de Monte Everest o la playa de Cancún.  ¡Es experimentando y deleitándose en el Creador que se dignó de hacerse como nosotros!

Jesús nos proporciona otra clave de la vida espiritual por decir que él es el "camino".  Recordamos cómo los primeros cristianos en los Hechos de los Apóstoles eran conocidos como seguidores del “Camino”.  La palabra “Camino” aquí refiere a Jesús como modelo de la conducta moral.  En el Sermón del Monte dice a sus discípulos: “’… ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!’”  Está refiriendo a su vida disciplinada y principiada.  Vemos esta calidad de vida también en los santos.  El puertorriqueño Beato Carlos Manuel Rodríguez dedicó su vida al enseñar a otros lacios .  Porque tenía varios problemas de salud, no podía seguir una vocación sacerdotal.  Pero su condición no le detuvo enseñar y animar grupos sobre la liturgia de la Iglesia. 

También Jesús reclama ser la verdad.  Él es la verdad de Dios Padre encarnada en un ser humano.  En otras palabras, él es el amor abnegado que se humilló para compartir nuestro lote.  Además, como nuestro compañero, no sólo extendió la mano para curar nuestras enfermedades sino también sufrió una muerte horrífica para liberarnos del pecado.  Cuando lo seguimos cien por ciento, tenemos que esperar sufrir también. Desgraciadamente, muchos no quieren sufrir para nada.  No quieren caminar un par de cuadras para conservar el medioambiente y mucho menos quieren sacrificar un par de horas para visitar a los enfermos.  Pudiéramos aprender de esos ucranianos valientes que están arriesgando sus vidas para defender su patria aunque pudieran haber huido el país como refugiados.

Hay algún interés en la vida espiritual hoy en día.  Las librerías tienen secciones repletas con títulos acerca de la espiritualidad de varias fuentes.  Todos estos libros – sean cristianos, judíos, o de “nueva edad” – harán referencia al guía espiritual supremo de las edades, Jesucristo.  Él sigue ser como nadie más "el camino, la verdad, y la vida".


El domingo, 30 de abril de 2023

 CUARTO DOMINGO DE PASCUA

(Hechos 2:14.36-41; I Pedro 2:20-25; Juan 10:1-10)

El Buen Pastor es una de las más antiguas y más populares imágenes de Cristo.  Se han encontrado pinturas del Buen Pastor en las catacumbas de Roma mucho más antiguas que los crucifijos posteriores.  Generalmente los protestantes rehuir todas formas de imágenes de Cristo o los santos.  Pero se han visto imágenes del Buen Pastor en frente de sus iglesias.  Cada año en este Cuarto Domingo de Pascua escuchamos una sección del capítulo diez del evangelio de Juan que trata al Buen Pastor.  Queremos reflexionar bien para aprender qué hace esta imagen tan llamativa. 

Deberíamos comenzar por decir que la parte del capítulo diez leída hoy no menciona el Buen Pastor.  Jesús se describe como “la puerta del redil” de ovejas.  En la parte que leeremos el próximo año se llamará a sí mismo “el Buen Pastor”.  No obstante, “la puerta del redil” tiene un rol tan servicial como lo del pastor.  Tiene que vigilar sobre el redil para proteger la vida de las ovejas.

El redil funciona como un recinto para los animales.  Dentro de ello las ovejas pueden rumiar tranquilamente sobre el pasto que han tomado del campo.  Bien tendido por el encargado de la puerta, el redil no permite que las ovejas vaguen afuera.  De esta manera el redil sirve a las ovejas como la Iglesia a los cristianos.  La Iglesia nos protege de los movimientos dañinos siempre en el horizonte.  Es así con el movimiento llamado “woke” que ha descendido sobre nuestra sociedad como un tornado.  Según sus proponentes, todos tienen que aceptar el matrimonio gay y los géneros más que masculino y femenino.  La Iglesia insta el respeto para todas personas humanas incluso a los más comprometidos a wokismo.   Sin embargo, ella se ha opuesto sus ideas como falsas y nocivas al bien común. 

Cristo sirve como “la puerta del redil” cuando admite a personas en la Iglesia por el Bautismo. Una vez bautizada, la persona tiene el apoyo de la Iglesia en contra de ideas como aquellas de wokismo.  También Cristo sirve como “la puerta del redil” en la Eucaristía. Para entender cómo, tenemos que imaginar las ovejas saliendo el redil por la puerta para apacentar.  Nuestro evangelio hoy describe cómo el portero permite la salida para que hallen el pasto.  Con esta alimentación las ovejas se fortalecen como somos nutridos con la Eucaristía para mantener la fe y amar a uno y otro.  Es las primicias de “la vida en abundancia” que Jesús promete al final de la lectura.

En este evangelio Jesús está dirigiéndose a los fariseos los cuales acaban de perseguir al hombre nacido ciego que Jesús curó.  Recordamos este pasaje leído al Cuarto Domingo de Cuaresma.  Estos fariseos han actuado como extremistas religiosos deseando molestar a aquellos que siguen a Jesús.  Son como ladrones amenazando las ovejas en el redil.  Podemos entenderlos como aquellos en la Iglesia que odian a los homosexuales y los que se reclaman de ser de otro género que su composición biológica indica.  Sin embargo, cualquiera cosa que digan, tenemos que respetar a todos seres humanos como imágenes de Dios.  El papa Francisco siempre nos recuerda que ellos también hace falta el amor de Cristo.

Ha habido personas que dicen los predicadores no deben comparar a los fieles con ovejas.  Razonan que la oveja es animal tan tonto que la comparación comprende un insulto.   Es cierto que los fieles pueden ser aun más inteligentes que los predicadores.  Sin embargo, ¿no es que todos nos sentimos en necesidad de ayuda como ovejas a veces?  En nuestros apuros siempre podemos llamar a Cristo que está en la puerta del redil.  Podemos contar con su sabiduría y su fuerza para superar cualquiera dificultad.

PARA REFLEXIÓN: ¿Cuándo he llamado a Cristo para ayudarme en un lío?  ¿Qué fue el resultado?


El domingo, 23 de abril de 2023

TERCER DOMINGO DE PASCUA

(Hechos 2:14.22-33; I Pedro 1:17-21; Lucas 24:13-35)

Discípulos caminando juntos: esta frase puede describir el trasfondo del evangelio de hoy.  También representa cómo el Papa Francisco ve el “Sínodo sobre la sinodalidad”.  Como todos nosotros deberíamos saber ahora, el papa ha lanzado esta nueva manera de ser Iglesia.   Quiere que los sínodos, cuya raíz griega significa caminar juntos, se hagan el modo de la Iglesia para compartir las diferentes perspectivas y esperanzas de sus miembros.  En otras palabras, desea mucho más diálogo entre todos los que constituyen la Iglesia. Por una mirada cercana de este evangelio podemos identificar otras características de una Iglesia sinodal.

Dice el pasaje que Jesús se les acerca a los dos discípulos y comienza a hablar con ellos.  Jesucristo tuvo el lugar primario en el Segundo Concilio Vaticano hace sesenta años.  De hecho, el documento más céntrico del concilio, la Constitución dogmático sobre la Iglesia, se llama “Lumen gentium”, eso es, "la luz a las naciones", quien es ningún otro que Jesucristo.  Por el Bautismo han sido incorporados en él todos tipos de personas – tanto mujeres como hombres; tanto laicos como ordenados y religiosas.  Por eso, el Papa Francisco quiere que todos sean escuchados en la conversación sobre cómo llevar a cabo la misión de la Iglesia en nuestro tiempo. 

Algunos se preocupan de que una conversación tan expansiva termine en cambios nunca imaginados en el pasado. Sin embargo, tenemos las Escrituras y la tradición de la Iglesia para mantenernos en el camino marcado por Jesús.  Este evangelio apunta cómo Jesús “les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él”.  Estas mismas Escrituras, por supuesto juntadas con el Nuevo Testamento, siguen determinando lo válido y lo prohibido hoy.   Sería traicionar al Señor trocar su palabra por las ideas corrientes del mundo.

En el pasaje Jesús pone en relieve la necesidad de que sufriera el mesías.  Para ganar la victoria sobre el pecado y la muerte Jesús tuvo que padecer la cruz.  Al ser miembros de Jesucristo, es de nosotros participar en esa cruz. El sufrimiento toca temas sexuales que a menudo parecen como las mayores preocupaciones del mundo actual.  Les cuesta a los matrimonios practicar la enseñanza de la Iglesia sobre los anticonceptivos.  Les cuesta a los homosexuales tanto como a los solteros, las religiosas y los sacerdotes mantener la castidad con anhelos de la intimidad como todos.  Sin embargo, por hacer sacrificios en estas maneras podemos acercarnos al Señor Jesús.

Ciertamente él quiere quedarse cerca de nosotros.  En el evangelio Jesús se queda con sus compañeros para compartir el pan.  Esto no es solo una cena acogedora sino la Eucaristía.  En ella Jesús se nos da a sí mismo como sustento para la vida espiritual.  La misma Eucaristía impulsará adelante el proceso sinodal.  Pues nos indica que nuestro objetivo no es llevarnos con los modos del mundo sino conformarnos con la voluntad de Dios.  Nos enseña que nuestro tesoro no se encuentra en la bolsa de valores sino en el amor compartido en la comunidad.  Nos precisa que mientras hay diferentes papeles en el funcionar de la Iglesia, todos somos igualmente dependientes en Cristo.

El Papa Francisco ha propuesto sínodos de todos tipos de fieles como modo de poner en práctica el Concilio Vaticano II.  No quiere cambiar las estructuras de la Iglesia establecidas en la historia.  Más bien quiere que las estructuras sean más fieles a Cristo.  Ve los sínodos como puentes peatonales sobre que todos crucemos juntos las aguas turbulentas de este mundo.  Los ve como nuestro puente comunal a Cristo.


PARA LA REFLEXIÓN: Si tuvieras la oportunidad para expresar al papa Francisco tus pensamientos acerca de la Iglesia, ¿qué le darías?

El domingo, 16 de abril de 2023

 SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA – DOMINGO DE LA MISERICORDIA DIVINA

(Hechos 2:42-47; I Pedro 1:3-9; Juan 20:1-9)

Hoy, el Segundo Domingo de Pascua, se ha llamado por varios nombres.  En algunos lugares se ha conocido como “el Domingo Bajo”, con el Primer Domingo de Pascua siendo la "Fiesta Alta de la Pascua”.  En tiempos recientes se ha nombrado el “Domingo de la Divina Misericordia”.   Se le ha dado este nombre por los escritos de una mística polaca, Santa Faustina Kowalska y, también, porque en el pasaje evangélico para este domingo Jesús inicia el Sacramento de la Reconciliación.  Se puede llamarlo también el “Domingo de Tomás escéptico” por otra parte del pasaje.  En ella el apóstol Tomás expresa duda que Jesús resucitara de la muerte. La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles sugiere aún otro título.  Siempre en el segundo domingo de Pascua la lectura cuenta cómo la comunidad de creyentes en Jerusalén vivió con armonía.  Entonces, el “Domingo de la Iglesia primitiva” no sería inapropiado.  Ahora vamos a limitar nuestra reflexión a este último aspecto del día.

La primera lectura dice que todos en la comunidad “eran constantes de escuchar las enseñanzas de los apóstoles, en la comunión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones”.  Ha sido la obra del Espíritu Santo que la Iglesia mayormente ha mantenido estas características por los veinte siglos.  Sin embargo, ha habido desviaciones en diferentes tiempos.  ¿Qué tan bien se ajusta la Iglesia contemporánea a esta lista?

Las enseñanzas de los apóstoles no fueron ideas inventadas por los doce sino las revelaciones de Jesucristo adaptadas para comunidades particulares.  Incluyeron tanto las morales como las doctrinas de la fe.  Recientemente los obispos de Alemania han aprobado unos propósitos que van en contra con las morales de los apóstoles.  Quieren bendecir las uniones entre los homosexuales, reconocer otros géneros además de varón y hembra, y aun admitir la posibilidad de una mujer reclamando que haya cambiado su género ser ordenado al sacerdocio.   Si este tipo de ideas se enraíza, parece que la Iglesia no más conformaría a las enseñanzas de los apóstoles.

La lectura da ejemplo de la “comunión fraterna”.  Dice que los dueños de propiedades las vendieron y ofrecieron los productos para repartirse según la necesidad de cada uno.  De vez en cuando se oye reclamos que esta práctica se equivale al comunismo.  Sin embargo, hay gran diferencia entre los dos sistemas.  La práctica de compartir en la comunidad apostólica fue voluntaria.  Con comunismo el compartir es forzado.  Interesantemente, los Hechos luego menciona un problema con el sistema, y ningún otro libro del Nuevo Testamento lo recomienda.  Más bien la mayoría de los libros promueven que aquellos con medios, sean comunidades o individuos, ayuden a los que no los tienen.  Hoy la Iglesia tiene organizaciones como Caritas Internacionales que distribuyen donativos a los pueblos experimentando necesidad. 

La “fracción de pan” parecen como palabras de código para la Eucaristía.  Según la lectura, los seguidores de Cristo en la comunidad de Jerusalén se uníncon sus hermanas y hermanos judíos en el Templo para orar diariamente.  Pero cuando volvieron a sus casas, compartieron la Eucaristía con uno y otro.  La triste situación hoy es que muchos católicos no ven la necesidad de asistir en la misa dominical, ni reconocen la presencia real de Cristo en la Eucaristía. 

Sin duda, la Iglesia primitiva de Jerusalén siguió rezando oraciones judías, particularmente los salmos.  También, hay testimonio en el Nuevo Testamento que introdujeron nuevas oraciones como “Maranatha” que quiere decir, “Ven, Señor Jesús.”  Por supuesto, rezaron también la “Oración del Señor" con la misma esperanza que vengan los finales del tiempo.  Seguimos orando así hoy en día, pero con menos conciencia de la venida prometida del Señor en gloria.

La Iglesia no ha cambiado en los esenciales.  Como se ha demostrado, por la mayor parte sigue mostrando las características de la Iglesia primitiva.  Ciertamente ha habido cambios en los modos de expresar estas características desde entonces.  En el primer siglo no hubo periódicos, mucho menos los medios masivos para propagar las enseñanzas.  Es urgente que no perdamos estas características.  Cuando Cristo venga, queremos que nos reconozca como los suyos.

PARA LA REFLEXIÓN: examínate tu propia vida.  ¿Qué tan bien se ajusta ella a la lista de características? 

El domingo, 9 de abril de 2023

 Domingo de Pascua: la Resurrección del Señor (Misa del Día)

(Hechos 10:34ª.37-43; Colonenses 3:1-4; Mateo 28:1-10)

Hoy celebramos la culminación de nuestra fe, la resurrección de nuestro Señor Jesús.  Para entender mejor lo que significa tenemos que investigar primero el evangelio.  Vamos a enfocar en el relato de la resurrección en el Evangelio de San Mateo que fue proclamada anoche en la Vigilia.  La Iglesia permite que se vuelva a usar en la mañana.

La cuenta del primer evento de la resurrección en Mateo no difiere mucho de la de los otros evangelios.  El ángel de Dios proclama a las mujeres que Jesús ha resucitado y les manda a decir a sus discípulos la buena nueva.  Se ofrece la tumba vacía como prueba de la resurrección.

Se distingue el relato de Mateo por dos otros acontecimientos.  Primero, Mateo reporta un temblor tomando lugar mientras María Magdalena y la otra María llegan al sepulcro.  Segundo, Jesús aparece a las dos Marías básicamente repitiendo el mandato del ángel pero llamando a sus discípulos “mis hermanos”.

Deberíamos oír el orden del ángel a las mujeres como aplicando a todos nosotros.  Las mujeres no son apóstoles formados por Jesús para predicar el evangelio sino personas sencillas con un gran afecto para el Señor.  Nosotros también amamos a Jesús y son comisionados a contar a los demás de su resurrección.  Además de palabras podemos decirles a nuestros asociados que Jesús ha sido levantado de entre los muertos con acciones.  Llevando una flor o nueva ropa el domingo de la resurrección siempre ha simbolizado que nosotros tenemos un nuevo tipo de vida juntos con Jesús.  Simplemente invitar a toda la familia a almorzar juntos también puede servir como anuncio de la resurrección.

Recordamos que la tierra tembló también inmediatamente después de la muerte de Jesús en el evangelio de Mateo.  Ahora tiembla de nuevo como un redoble de tambores para anunciar su resurrección.  El temblor no produce la resurrección de Jesús sino la quita de la piedra revelando la tumba vacía.  Ambos temblores significan dos momentos de la verdad profunda en nuestras vidas. 

El primer momento sucede cuando nos demos cuenta de que vamos a morir.  No estamos hablando ahora del hecho prosaico de todos humanos morirán sino una experiencia cercana a la muerte.  Puede ser una diagnosis de cáncer o un accidente que reclamó la vida de nuestro acompañante.  De este momento en adelante vamos a vivir de manera diferente.  Probablemente vamos a tener mejor cuidado de nuestra salud.  Algunos se aprovechan de este momento para dedicarse a un interés por lo cual quieren ser recordados.  Puede ser la familia, una afición, o una causa social como la santidad de la vida.

El segundo momento significado pasa como en el evangelio cuando apreciamos dentro de nuestro ser que somos destinados a la vida eterna.  Desde el principio la Iglesia ha declarado la resurrección de entre los muertos como el destino de los cristianos aunque no siempe se realiza.  Pero como en el caso de la muerte por mucho tiempo parece más como una idea que una realidad.  Entonces llega un encuentro profundo con Jesús como tienen los dos Marías en nuestro evangelio.  Percibimos a Jesús tan cerca de nosotros como un hermano.  De hecho, por razón de la resurrección somos sus hermanos y hermanas como Jesús mismo declara de sus discípulos. 

Nuestra palabra pascua es derivada de la palabra hebrea pesaj.  Significa pasar de un salto. Para los judíos refiere al salto del ángel de la muerte sobre las casas de los israelitas en Egipto.  El pasar del ángel permitió su liberación de la esclavitud.  Para nosotros la pascua es algo similar pero a la vez distinta.  Refiere al pasar de Jesucristo de la muerte a la vida de la resurrección.  También, tiene que ver con nuestro pasar de la certeza de nuestra muerte a la seguridad de la vida eterna.  Esta vida es nuestra porque Jesús nos ha escogido como sus discípulos quienes ha transformado en sus hermanos y hermanas.  Es la causa de nuestra celebración hoy.  Jesús nos ha regalado la vida eterna como sus hermanas y hermanos.