El domingo, 30 de abril de 2023

 CUARTO DOMINGO DE PASCUA

(Hechos 2:14.36-41; I Pedro 2:20-25; Juan 10:1-10)

El Buen Pastor es una de las más antiguas y más populares imágenes de Cristo.  Se han encontrado pinturas del Buen Pastor en las catacumbas de Roma mucho más antiguas que los crucifijos posteriores.  Generalmente los protestantes rehuir todas formas de imágenes de Cristo o los santos.  Pero se han visto imágenes del Buen Pastor en frente de sus iglesias.  Cada año en este Cuarto Domingo de Pascua escuchamos una sección del capítulo diez del evangelio de Juan que trata al Buen Pastor.  Queremos reflexionar bien para aprender qué hace esta imagen tan llamativa. 

Deberíamos comenzar por decir que la parte del capítulo diez leída hoy no menciona el Buen Pastor.  Jesús se describe como “la puerta del redil” de ovejas.  En la parte que leeremos el próximo año se llamará a sí mismo “el Buen Pastor”.  No obstante, “la puerta del redil” tiene un rol tan servicial como lo del pastor.  Tiene que vigilar sobre el redil para proteger la vida de las ovejas.

El redil funciona como un recinto para los animales.  Dentro de ello las ovejas pueden rumiar tranquilamente sobre el pasto que han tomado del campo.  Bien tendido por el encargado de la puerta, el redil no permite que las ovejas vaguen afuera.  De esta manera el redil sirve a las ovejas como la Iglesia a los cristianos.  La Iglesia nos protege de los movimientos dañinos siempre en el horizonte.  Es así con el movimiento llamado “woke” que ha descendido sobre nuestra sociedad como un tornado.  Según sus proponentes, todos tienen que aceptar el matrimonio gay y los géneros más que masculino y femenino.  La Iglesia insta el respeto para todas personas humanas incluso a los más comprometidos a wokismo.   Sin embargo, ella se ha opuesto sus ideas como falsas y nocivas al bien común. 

Cristo sirve como “la puerta del redil” cuando admite a personas en la Iglesia por el Bautismo. Una vez bautizada, la persona tiene el apoyo de la Iglesia en contra de ideas como aquellas de wokismo.  También Cristo sirve como “la puerta del redil” en la Eucaristía. Para entender cómo, tenemos que imaginar las ovejas saliendo el redil por la puerta para apacentar.  Nuestro evangelio hoy describe cómo el portero permite la salida para que hallen el pasto.  Con esta alimentación las ovejas se fortalecen como somos nutridos con la Eucaristía para mantener la fe y amar a uno y otro.  Es las primicias de “la vida en abundancia” que Jesús promete al final de la lectura.

En este evangelio Jesús está dirigiéndose a los fariseos los cuales acaban de perseguir al hombre nacido ciego que Jesús curó.  Recordamos este pasaje leído al Cuarto Domingo de Cuaresma.  Estos fariseos han actuado como extremistas religiosos deseando molestar a aquellos que siguen a Jesús.  Son como ladrones amenazando las ovejas en el redil.  Podemos entenderlos como aquellos en la Iglesia que odian a los homosexuales y los que se reclaman de ser de otro género que su composición biológica indica.  Sin embargo, cualquiera cosa que digan, tenemos que respetar a todos seres humanos como imágenes de Dios.  El papa Francisco siempre nos recuerda que ellos también hace falta el amor de Cristo.

Ha habido personas que dicen los predicadores no deben comparar a los fieles con ovejas.  Razonan que la oveja es animal tan tonto que la comparación comprende un insulto.   Es cierto que los fieles pueden ser aun más inteligentes que los predicadores.  Sin embargo, ¿no es que todos nos sentimos en necesidad de ayuda como ovejas a veces?  En nuestros apuros siempre podemos llamar a Cristo que está en la puerta del redil.  Podemos contar con su sabiduría y su fuerza para superar cualquiera dificultad.

PARA REFLEXIÓN: ¿Cuándo he llamado a Cristo para ayudarme en un lío?  ¿Qué fue el resultado?


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