El domingo, 9 de noviembre de 2025

 Fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán

(Ezequiel 47:1-2.8-9.12; I Corintios 3:9-11.16-17; Juan 2:13-22)

Quizás ustedes se pregunten como yo ¿por qué celebramos la dedicación de una iglesia?  También, ¿cómo es que la fiesta de la dedicación puede desplazar un domingo cuando celebramos el día del Señor?  Sí parece extraño, pero la Basílica de San Juan Letrán es la catedral del obispo de Roma, el papa, el líder de la Iglesia universal.  Por eso, estamos celebrando hoy no solo la Basílica de Letrán sino también todas las iglesias del mundo.

El término “iglesia” tiene diferentes aspectos que vamos a explorar.  Sin embargo, para la mayoría de nosotros iglesia significa el edificio donde se da culto a Dios.  Así tiene una significación especial.  Es lugar santificado no solo con la Eucaristía y las reliquias de los santos sino también las oraciones de los fieles.  Sus voces han resonado en muchas iglesias por siglos haciendo el templo santo.  Así es el caso con la Basílica de Letrán.  Además, la iglesia es lugar privilegiado del encuentro entre Dios y los seres humanos.  Por esto, cuando entramos una iglesia nos persignamos con el agua bendita purificándonos de la inmundicia del mundo antes de encontrar al Señor.

Hablamos también de la iglesia como la comunidad que se congrega para orar.  La raíz de la palabra iglesia viene del hebreo qahal que quiere decir asamblea.  Se traduce qahal a la palabra griego ekklesia de que se formó el latín ecclesia y el español iglesia.  Se ve la iglesia como comunidad de discípulos de Cristo en la segunda lectura hoy. San Pablo llama la comunidad cristiana en Corinto “templo de Dios”.   Quiere decir que los hombres y mujeres que comprenden esa comunidad están aprendiendo cómo actuar como el Cuerpo de Cristo en el mundo.  El papa León tenía esta idea en cuenta exhortó a los católicos congregados en Chicago para honrarlo a “construir una comunidad” de la luz y la esperanza.

Una comunidad de luz y esperanza servirá a los demás para que el mundo conozca a Cristo.  En la primera lectura del profeta Ezequiel, las aguas procedan del Templo para regar los árboles frutales.  En torno las frutas de los árboles servirán para alimentar a la gente, y sus hojas producirán medicinas para curar a los enfermos.  Igualmente, la Iglesia es siervo al mundo con un sinnúmero de caridades y hospitales proveyendo las necesidades corporales de la gente.

Sobre todo, la comunidad de Cristo, la Iglesia, es sacramento. Eso es, la iglesia es un signo establecido por Cristo para transmitir la gracia de Dios.  ¿Cómo puede ser sacramento? Desde sus años más antiguos la Iglesia se ha identificado con el Cuerpo de Cristo.  Jesús mismo en la lectura del Evangelio según San Juan que leemos hoy, se identifica su Cuerpo con el Templo donde se ofrecen sacrificios.  De veras, su Cuerpo se hizo el sacrificio perfecto en la cruz emitiendo la gracia que perdona pecados y justifica a pecadores.  Ahora se celebra este mismo sacrificio dondequiera la comunidad de Cristo se congrega.  Procediendo de la misa al mundo la comunidad irradia la santidad de Jesucristo a todos.

La Iglesia como servidor del mundo, comunidad de discípulos, y sacramento no agotan sus aspectos.  Muchos conocen la Iglesia por su jerarquía, sus reglas, y sus organizaciones.  Eso es, conocen la Iglesia como una institución.  Porque ha sido institución, ha podido mantenerse por casi dos mil años de historia.  Otra dimensión aspecto de la Iglesia es heraldo anunciando Jesucristo como Salvador del mundo.  No seríamos fieles a Cristo si no proclamáramos esta buena noticia.  Finalmente, la Iglesia es un misterio imbuido con la presencia de Dios.  La participación humana ha creado faltas en la actuación de la Iglesia, pero ha podido superar los desafíos de los siglos por esta presencia permanente de Dios.  En fin, Dios estará presente entre nosotros mientras permanezcamos formando parte de la comunidad de Cristo.


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