EL DECIMOSEXTO DOMINGO ORDINARIO
(Jeremías
23:1-6; Efesios 2:13-18; Marcos 6:30-34)
Este mes
el papa Francisco se enfoca en los sacerdotes.
Tiene como su intención particular su cansancio. Dice: “El cansancio de los sacerdotes: ¿Saben
cuántas veces pienso en esto?” El papa
reconoce el trabajo agotador que muchos curas llevan. Así muestra la preocupación de Jesús por sus
apóstoles en el evangelio hoy.
Jesús
llama a los apóstoles: “’Vengan conmigo a un lugar solitario…” No tienen en cuenta vacaciones en la
playa. No, quiere compartir con ellos su
propia experiencia de Dios Padre. Será tiempo
aparte para renovar sus fuerzas ambas espirituales y físicas. Nuestros sacerdotes de hoy en día necesitan regularmente
de este tipo de soledad. Se constituye
de un diálogo en lo cual se comprometen de nuevo al Señor y contemplan su apoyo.
Pero los
sacerdotes no son los únicos miembros de la Iglesia con muchos quehaceres. A menudo los laicos tienen programas aún más
fatigosos. Particularmente las
responsabilidades de las señoras llaman la atención. No es raro verlas cuidando a sus familias,
trabajando pleno tiempo, y sirviendo en la parroquia. Ellas también podrían aprovecharse de quince
minutos cada día aparte con el Señor. Será
oportunidad para desahogarse a Dios y decirle qué tanto cuentan con su ayuda. En el funeral de una señora magnífica, la
hija contó cómo su mamá paraba a la parroquia después de recoger a sus hijos de
la escuela. Allá visitó al Santísimo
Sacramento por un ratito para recargar su energía espiritual.
No se
debe menospreciar el reto para los padres de familia hoy en día. Tienen que enseñar a sus hijos los valores del
reino de Dios en una sociedad cada vez más secularista. Donde el mundo adora a los símbolos de sexo
ellos han de inculcar la compasión, la humildad, y la castidad. Instruyen mejor por ejemplo que por
palabra. Una vez una madre en San
Antonio anunció a la familia que todos iban a pasar la mañana del Día de Acción
de Gracias sirviendo comida a los pobres.
¿Cabe duda que los hijos maduraran con un fuerte sentido de
servicio?
Al final
del pasaje evangélico San Marcos escribe que Jesús ve a la gente como “ovejas
sin pastor”. Tiene en cuenta que los
líderes del pueblo no transmiten la verdadera voluntad de Dios. En el tiempo de la primera lectura los líderes
irresponsables eran los reyes. Hoy en
día los gobernantes secularistas a menudo dejan a la gente sin sentido justo de
la vida. Hacen falta sacerdotes formados
en Cristo para guiar a las familias. Tienen
que enseñar que la vida es don de Dios que no debe ser desgastada en la
búsqueda de placer y prestigio. Más
bien tiene que ser entregada en el amor por el bien de los demás. Así se puede realizar la felicidad que Dios tiene
guardada para sus hijos e hijas.
Sea en
la casa o en la iglesia, seamos sacerdotes o laicos, enseñamos a Jesucristo. La segunda lectura hoy nos da el porqué. Él es la paz entre todos. Ahora la línea no se traza entre los judíos y
no judíos. Ni se encuentra entre los
católicos y los protestantes. Ahora la diferencia
principal se ve entre los creyentes practicantes y los secularistas. Sin embargo, todos de buena voluntad pueden
ver a Jesús como maestro impartiendo los
verdaderos valores de la vida. Enseña la
necesidad de ambos retirarse con Dios y servir a los pobres. Jesús es nuestra paz.
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