El domingo, 21 de noviembre de 2021

 

Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

(Daniel 7:13-14; Apocalipsis 1:5-8; Juan 18:33-37)

Un cuento acerca del monarca francés Luís XIV muestra una característica de los reyes terrenos. Un día dos campesinos encontraron al rey cazando en el campo cerca sus tierras.  El uno comentó al otro que el rey no se llevaba guantes.  El segundo le replicó que a los reyes no les hacen falta guantes.  Añadió que siempre tienen las manos en los bolsillos de la gente.  En el evangelio Jesús atestigua que no es este tipo de rey.  De veras, dice que su reino no es de este mundo.

No quiere decir esta frase que no existan rasgos del reino de Jesús aquí.  Simplemente significa que la justicia del reino de Jesús todavía no ha permeado la tierra.  Se ve la falta del reino de Jesús no solo en el número creciente de homicidios sino también en las mentiras y comentarios asquerosos que se encuentran en el Internet.  Allí la gente a menudo critica a uno al otro no con la intención de corregir sino de destruir. 

Sin embargo, se encuentra la paz del reino de Jesús en los corazones de los justos.  Un dulce padrecito comparte gratis folletos del diálogo entre Nuestra Señora de Guadalupe y el indígena Juan Diego.  Quiere sembrar la paz por recordar a todos de la misericordia de Dios por enviar a la Virgen.  Así esperamos que el espíritu de su reino haya penetrado las paredes de nuestras casas.  En una parroquia el cura dice que ha convencido a una docena de familias para rezar el rosario juntos diariamente.  Ciertamente no es solo por decir el Padrenuestro y la Avemaría que encontremos la paz.  Pero que no dudemos que esta práctica continuada por meses y años traiga bendiciones innumerables.

Jesús añade que ha venido para “ser testigo de la verdad”.  Tiene en cuenta la verdad de su reino.  Sí, dice, existe su reino de amor a pesar de la experiencia humana de lucha y rencor.  Jesús ha venido del alto para informar a aquellos de la verdad que su esperanza para la paz no es en vano.  Dijo anteriormente en este evangelio de San Juan que todos de la verdad escuchan su voz.  Desgraciadamente, Pilato no lo cree porque no es de la verdad.

Ojalá que no sea así con nosotros.  Ojalá que seamos de la verdad creyendo en Jesucristo y el destino de la vida eterna que ha ganado para sus seguidores.  Nos probamos como personas de la verdad por preparar a este mundo para la venida de Jesucristo.  Dentro de poco vamos a entrar en el tiempo de Adviento.  Entre otros objetivos el propósito de Adviento es prepararnos para la Navidad.  Personas de la verdad hacen mucho más que apurarse con compras navideños.  Al contrario, se tranquilan regularmente para meditar en el misterio que celebraremos.  Piensan también en cómo pueden apoyar a los menos afortunados como Jesús nos ha apoyado con su venida.

En este mundo de lucha y rencor algunos dirán que nosotros creyentes no somos de la verdad.  Levantarán la crítica que creemos en un mito.  Debatir con ellos sería tan vano como prohibir la venta de pavo durante este tiempo.  Sin embargo, siempre podemos mostrarles que somos de la verdad.  Hacemos esto por rezar juntos en la casa y en la misa.  Lo hacemos también por decir la verdad aun cuando hacerlo nos cueste la comodidad.  Finalmente, mostramos que somos gente de la verdad por apoyar a los desafortunados. Queremos que ellos también tengan la esperanza de la vida eterna. 


PARA LA REFLEXIÓN: ¿Quiero ser perfecto?  ¿Cómo tengo que cambiar mis actitudes y acciones para lograrla?

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