LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
(Isaías 60:1-6;
Efesios 3:2-3.5-6; Mateo 2:1-12)
Hay villancicos
tradicionales y villancicos nuevos. En
tiempos recientes a mucha gente le encanta “El Tamborilero”. Todos nosotros conocemos la historia. Un pobre muchacho no tiene nada para mostrar
homenaje al recién nacido rey, Jesús. Entonces
se le ocurre que pueda tocar su tambor por él.
Cuando lo hace, el niño sonríe de aprecio. El muchacho se junta con los pastores y los
magos de los evangelios en la adoración para el Hijo de Dios.
Se encuentran los
pastores solo en el evangelio según San Lucas.
Cuando se enteran de que el Mesías ha nacido en Belén, no pierden tiempo
para honrarlo. Vemos a los magos solo en
el pasaje hoy del evangelio según San Mateo.
Después de un encuentro con Herodes y los judíos, proceden a Belén. Al entrar la casa de José, ven a María con su
bebé. Inmediatamente se postran para mostrar
su sumisión al rey de los judíos.
Los evangelistas
cuentan estas historias para explicar la misión del Hijo de Dios. Los pastores representan a la gente
común. No son personas educadas. Trabajan por el mínimo de salario. El Mesías les quitará a los malvados que los
oprimen. Les dará la cercanía con Dios
que hace tolerable, aun buena, su vida dura.
Los magos forman un
contraste con los pastores. Pero no son
reyes. (Esta idea proviene de la primera
lectura. Isaías cuenta de reyes llevando
regalos a Jerusalén. También la tradición
de magos montando camellos tiene origen en la primera lectura.) Los
magos investigan los cielos en busca de la verdad. Son personas cultas. Ellos encuentran en el niño Jesús la fuente
de la sabiduría que lleva al mundo a la paz.
Tanto como Jesús
encarne la gracia en las dos historias, Herodes personifica el pecado. Se hace celoso cuando escucha de un rey que es
Mesías de Israel. Cuando pide a los
magos que le informen de los paraderos del niño, está tramando una intriga para
matarlo. Los sumos sacerdotes y los escribas
se unen con Herodes para formar una conspiración contra Jesús. En tiempo estos líderes religiosos se
opondrán a Jesús por su interpretación fresca de la ley. Se satisfacen con las cosas como son porque
se aprovechan de ellas. No quieren dejar
su autoridad a un otro, aún si fuera el Mesías.
Pero Jesús no viene
para agarrar el poder político de Herodes.
Ni tiene propósito de cambiar la ley.
Su misión es mostrar al mundo los modos de Dios. Quiere que todos tengan “la buena vida” que
conduce a todos a la justicia. A veces se representa “la buena vida” como una serie
de cruceros lujosos en todas partes del mundo.
Pero no es así en la historia cristiana.
“La buena vida” significa reconocerse a sí mismo como hijo de Dios. Es
sentir el llamado de Jesús para ser su discípulo. Es ponerse en compañía de muchas personas
honradas.
Se puede vivir “la
buena vida” en varias maneras. Un modo
que vale la admiración es el movimiento llamado “Pueblo de Alabanza”. Este grupo se dedica a renovar al mundo con
la fuerza del Espíritu Santo. Los
miembros pertenecen a diferentes comunidades cristianas. Se dedican a vivir sus promesas bautismales
al pleno. Se reúnen el domingo en la
tarde después de los servicios en sus iglesias particulares. Estudian juntos la Biblia y planean sus obras
sociales. Un proyecto impresionante ha
sido habitar barrios decaídos para reanimar a la gente pobre. Los miembros del “Pueblo de Alabanza” muestran
al mundo la verdadera “buena vida”.
Hemos lanzado 2022. Todos esperan que sea mucho mejor que el año
pasado. ¡Qué Dios lo permite! Sin embargo, es más importante que sea año en
que vivamos la “buena vida”. Seamos tan
pobres como los pastores de Belén o tan cultos como los magos del Oriente, que vivamos
nuestras promesas bautismales. Esto
sería el regalo apropiado para el niño Jesús a la próxima Navidad.
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