El domingo, 23 de enero de 2021

 

EL TERCER DOMINGO ORDINARIO

(Nehemías 8:2-4.5-6.8-10; I Corintios 12:12-30; Lucas 1:1-4.4:14-21)

Hace cuarenta años tal vez Jacobo Zabludovsky fuera la persona más creíble en todo México.  El señor Zabludovsky reportaba las noticias en la tele todos los días.  Su manera seria pero amable ganó la confianza de la mayoría del pueblo. Era tan respetable que sentíamos que tuviéramos a un amigo en nuestras casas.  Tenemos sentir semejante del locutor en el evangelio hoy.

Llamamos el autor del evangelio “San Lucas”, pero no nos deja su nombre en escrito.  No es así con el destinario de la obra.  Se llama “Teófilo”.  Teófilo puede ser un hombre particular.  Sin embargo, puede ser también todos los lectores del evangelio.  Pues en griego Teófilo significa “amante de Dios”.  ¿No es que todos nosotros amemos a Dios?  Aunque es breve, esta introducción al evangelio revela mucho más que esto.

Dice que “muchos han tratado de escribir la historia” acerca de Jesucristo.  En cuanto podemos discernir, de los tres otros evangelios oficiales Lucas solo conocía el Evangelio según San Marcos.  Entonces las otras historias de Jesús a que Lucas refiere fueron perdidas a través de los años.  No es necesario lamentar la pérdida.  A lo mejor eran como los testimonios erróneos de los siglos siguientes.  Hace veinte años otra historia de Jesús ganó la fama.  El código da Vinci causó gran molestia entre los fieles.  Pero porque no correspondió a los cuatro evangelios oficiales de la Iglesia, ya es solo una mala memoria. 

Lucas escribe de sus propias intenciones para su evangelio.  Ha investigado las historias de Jesús esmeraldamente.  Ahora quiere dejar un testimonio correcto y ordenado de la vida de Jesús. Se puede ver la insuficiencia de otros testimonios aún en el Evangelio según San Marcos.  San Marcos no dice nada del nacimiento de Jesús y poco de su resurrección.  La obra de Lucas también tiene defectos literarios.  Pero es mejor estructurado y tiene mucha más materia que la de Marcos.

La segunda parte de la lectura hoy nos presenta la perspectiva de Lucas acerca de Jesús.  Para él Jesús es el campeón de los pobres.  Jesús dice en su primer discurso del evangelio que ha venido para traer alivio a los pobres y necesitados.  Ciertamente Jesús tiene en mente los mendigos y jornaleros. Pero no quiere dejar afuera de su misión a los profesionales y ricos.  Todos nosotros tenemos que reconocernos como pobres y necesitados.  Podemos tener coche, pero nos falta la humildad.  Podemos tener doctorado, pero nos carece el amor al prójimo. 

En la segunda lectura San Pablo muestra cómo necesitamos a los demás para ser la Iglesia.  Es así en cualquier grupo social.  En la iglesia necesitamos a religiosas y laicos comprometidos tanto como a los obispos, sacerdotes y diáconos.  En la industria necesitamos a administradores, trabajadores, contadores, y vendedores.  En la familia necesitamos el aporte de cada miembro.  Algunos piensan que el hijo con Síndrome Down no es útil para nada.  Dicen que sea mejor que se aborten todos los no nacidos con este problema.  Son miopes.  No ven bien la realidad total.  Siempre las familias con hijo con el síndrome dicen que él o ella es fuente del amor y la cohesión.

Si nos fuéramos a preguntar nuestro evangelio predilecto, sin duda responderíamos de modos diversos.  Algunos dirían el Evangelio según San Juan porque tiene el discurso del Pan de Vida.  Otros responderían el Evangelio según San Mateo por las enseñanzas de Jesús sobre la Iglesia.  Pero la mayoría dirían el Evangelio según San Lucas por diferentes motivos.  Nos relata el nacimiento de Jesús en un pesebre como un pobre.  Nos cuenta lo más de la Virgen María.  Y nos presenta las parábolas más cariñosas de Jesús porque somos amantes de él.

PARA LA REFLEXIÓN: ¿Cuál de los cuatro evangelios es tu predilecto? ¿Por qué?

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