El domingo, 29 de mayo de 2022

 SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

(Hechos 1,1-11; Efesios 1,17-23; Lucas 24:46-53)

La Solemnidad de la Ascensión se celebraba siempre al jueves de la sexta semana de la Pascua.  Pero en la década de 1960 Roma permitió un cambio del día.  En lugar del jueves, se podrían celebrarla al domingo siguiente.  Por supuesto, el papa sabía que San Lucas especifica al cuadragésimo día.  Pero probablemente pensaba en los trabajadores que no pudieran llegar a misa durante la semana.  Quería que ellos también participaran en esta gran fiesta.

Junto con la Resurrección y el Pentecostés, la Ascensión revela el plan de Dios para la salvación humana.  Reconoce como el Resucitado ha sido elevado al más alto del cielo como dice la segunda lectura.  Allí con su cuerpo glorificado ha establecido un lugar físico como nuestro destino último.  Allí también Cristo pide al Padre que envíe al Espíritu para capacitarnos alcanzar nuestra meta.  Fortalecidos con el Espíritu podemos dar testimonio a Jesús en este mundo a menudo hostil.  Ambos la lectura de los Hechos y el evangelio hoy atestiguan esta misión.

En la primera lectura los discípulos siguen mirando los cielos después del ascenso del Señor.  La escena representa una de al menos cuatro modos para vivir la vida cristiana.  Por este modo seguimos mirando el cielo, eso es, hacer nada más que esperar el regreso del Señor.  No nos importa la misión que él nos dejó.  Somos contentos integrarnos en la misa el domingo y en los chismes el lunes.  Como si lleváramos impermeables para cubrir nuestro espíritu, no permitimos que el evangelio penetre nuestras vidas diarias. 

Otro modo de vivir la fe es hacer lo contrario.  En lugar de quedarnos ociosos, somos demasiado ambiciosos.  Deseamos ver cambios rápidos.  Puede ser que enfoquemos en construir nuevo santuario. O puede ser que queramos iniciar un banco de comida para los pobres.  Parece bien, pero si no nos orientarnos con la oración, a lo mejor nuestros esfuerzos serán en vano.  La oración no solo pide la ayuda del Señor sino también discierne su voluntad.  Por esta razón los discípulos en la lectura no van predicando inmediatamente.  No, rezan primero para que reciban al Espíritu Santo.

El tercer modo para vivir la fe no es anticipado en las lecturas.  Sin embargo, es prominente en el mundo actual.  Para aquellos que siguen este modo los discípulos no ven a Jesús ascendiendo al cielo.  A ellos la Ascensión se ha hecho solo un mito para explicar los paraderos del cuerpo de Jesús.  Tampoco creen en la resurrección de entre los muertos y en el Espíritu Santo.  Hay muchos hoy en día que se llaman a sí mismos “católicos” pero no aceptan los principios de la fe. Reclaman la religión como una bodega de costumbres para marcar las etapas de la vida.  Vienen a la iglesia para celebrar el nacimiento, la niñez, la juventud, el matrimonio y la muerte.

San Lucas quiere el cuarto modo para Teófilo, y los ángeles lo recomiendan para los discípulos.  ¡Ojalá que sea también lo que nos impulsa adelante!  En ello preparamos con la oración para la misión de proclamar el evangelio. Nos retiramos también para determinar qué son las necesidades y qué podemos hacer.  Entonces implementamos nuestro plan.  Recientemente los Caballeros de Colón han dado un ejemplo llamativo.  Con la invasión de Ucrania, los caballeros se unieron con el resto del mundo para rezar por la paz con justicia.  Luego recogieron recursos para establecer “Centros de Misericordia” en la frontera entre Polonia y Ucrania.  Allá han dado bienvenido a los refugiados de la guerra.  Les proveen no solo amparo de la hostilidad sino también comida y ropa para sobrevivir.

Hemos descrito cuatro modos para vivir la fe.  Hay otros.  Se puede decir que hay muchos caminos en una ciudad.  Pero no es que todos nos lleven al mismo lugar.  Queremos tomar aquellos que nos colocan al lado de Jesús.  En una forma u otra estos caminos pasan por la oración y la misión.  Si nuestro destino último es donde Jesús, nuestro camino es la oración y la misión.

 

Para la reflexión: ¿Cómo describiría tu modo de vivir la vida cristiana?

No hay comentarios.: