El domingo5 de marzo de 2023

 

EL SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

(Génesis 12:1-4; II Timoteo 1:8-10; Mateo 17:1-9)

La palabra hebrea Shemá nombra uno de los pasajes más conocidos en el Antiguo Testamento.  Se encuentra en Deuteronomio, el libro en que Moisés comparte sus consejos finales para el pueblo Israel.  La palabra misma significa “escucha”.  Israel siempre tiene que escuchar bien lo que diga el Señor.  En la primera lectura se le encuentra a Abram haciendo exactamente eso.

Cuando habla con Abram, Dios está poniendo en acción su plan para redimir al mundo.  Desde que Adán y Eva comieron la fruta prohibida ha habido una decadencia en la bondad humana. Uno de sus hijos asesinó al otro.  Después de algunas generaciones la situación deterioró tanto que Dios decidió comenzar de nuevo.  Mandó un diluvio para destruir la tierra salvo al justo Noé, su familia, y una pareja de cada tipo de animal.  Pero esto no resolvió el problema.  Pronto después de la segunda creación los hombres de Babel trataron de ganar fama al construir una torre que retaría a Dios en el cielo.  Ahora con Abram Dios intenta una estrategia nueva.  Formará un pueblo santo de la estirpe de Abram que enseñará al mundo sus modos. 

Abram tiene que escuchar a Dios con cuidado.  El proyecto le costará mucho.  A los setenta y cinco años, Abram tiene que dejar su patria para trasplantarse en una tierra foránea.  Sin embargo, como hombre de fe, Abram no demora llevar a cabo los órdenes que se le ha dado.

En el evangelio Dios les manda a Pedro, Santiago, y a Juan que escuchen a Jesús, su hijo. Jesús está para inaugurar el cumplimiento del plan de Dios.  Por su entrega a las manos de los judíos, su pasión, y su resurrección de entre los muertos Jesús quitará del mundo el pecado primordial.  Él mismo será la cabeza del pueblo redimido de Dios.  Sus discípulos tienen que ser asegurados ahora que su pascua no resultará en su derrota.  Más bien, ella manifestará su victoria sobre la muerte y regenerará a ellos como hermanos y hermanas suyas.

El otro día un artículo en el periódico indicó la preferencia humana de oír lo que quiera más que escuchar bien. El autor, que se identifica como “pagano forever” (eso es, “pagano para siempre”), critica la Biblia por su extrema violencia y sexo.  Pero se refiere solo al Antiguo Testamento: las historias de la prueba de Abrahán, el cautiverio de Jonás dentro de la ballena, y las muchas mujeres que tuvo David.  No menciona nada de aquel que todo el compendio de la maldad está apuntando.  Jesucristo es la persona más destacada en la Biblia.  Es el maestro supremo de la justicia y el redentor de todo pecado humano. Él nos enseña cómo superar los vicios mediante la oración y el sacrificio del yo.  Al enviarnos su Espíritu, nos fortalece el corazón y nos ilumina la mente para superar cada mal que nos enfrente.

Sí es difícil escuchar a Jesús con tantas voces contándonos que hacer.  Mucha gente quiere contarnos de que consiste la vida buena.  Y muchas publicidades nos traten de atraer con cosas sin las cuales supuestamente no podemos vivir.  Pero sabemos en nuestro interior que hay solo una voz que vale nuestra atención completa.  Dios nos habla en la Biblia, particularmente por Cristo en los evangelios.  Solo a él deberíamos presta atención completa.

PARA LA REFLEXIÓN: ¿Acerca de qué áreas de tu vida tienes dificultad escuchar a Dios?  ¿Cómo vas a resolver esta dificultad?


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