El domingo, 8 de diciembre de 2024

II DOMINGO DE ADVIENTO

(Baruc 5:1-9; Filipenses 1:4-6.8-11; Lucas 3:1-6)

Hemos llegado a un nuevo año litúrgico.  Esto significa que escuchamos un evangelio diferente en la misa dominical.  En 2024 hemos leído del Evangelio según San Marcos la mayoría de los domingos.  En 2025 leeremos del Evangelio según San Lucas.  La lectura del evangelio hoy puede servir como una introducción a Lucas.  Pues tiene algunas de sus características sobresalientes.

El primer versículo de la lectura sincroniza la historia de Juan Bautista con la del mundo.  Esta técnica de Lucas muestra que Juan no era persona mítica como el rey Arturo de Gran Britania sino realmente vivió.  La narrativa del nacimiento de Jesús comienza con palabras semejantes.  Dice: “Por aquellos días salió un edicto de César Augusto …”  Lucas nos asegura que el seguimiento de Jesucristo tiene base en hechos históricos, no imaginarios.

Otra característica de Lucas indicada en la sincronización con la historia del mundo es la reverencia para el judaísmo.  Menciona a dos sumo sacerdotes, Anás y Caifás.  Lucas contará cómo Jesús entra el Templo tres veces y lo llamará “la casa de mi Padre”.  En los Hechos de los Apóstoles, también escrito por Lucas, la comunidad de los apóstoles participará en las oraciones del Templo.  Para San Lucas Israel no rechaza completamente a Jesús sino lo respeta, al menos en parte.

La lectura sigue: “vino la palabra de Dios en el desierto sobre Juan, hijo de Zacarías”.  Lucas enfatiza mucho la palabra de Dios como la semilla de la fe. Los profetas como Juan y Jesús reciben la palabra de Dios y la pasan a los demás para que la gente conozca la voluntad de Dios.  Otra característica de Lucas es la gran narrativa del nacimiento de Jesús sugerida aquí con la mención que Juan es “hijo de Zacarías”.

Entonces Lucas dice que Juan recorre la comarca del Jordán “predicando un bautismo de penitencia para el perdón de pecados”.  Lucas no explica en el pasaje hoy el contenido de su predicación.  Lo escucharemos en el evangelio del próximo domingo.  Es su manera de desarrollar una narrativa gradualmente para que atraiga la atención del lector.  Vemos este rasgo en la parábola del “Buen Samaritano” y la historia de los discípulos en el camino a Emaús.

Por referir a la penitencia y el perdón Lucas indica el arrepentimiento.  Más que los otros evangelistas Lucas hace hincapié en este tema.  Por esta razón incluye las parábolas del “Hijo Prodigo” y el “Publicano y el Fariseo” en su evangelio.  Muestra el poder del arrepentimiento con la historia de la mujer que lava los pies de Jesús con sus lágrimas.

Tal vez hayamos percibido que Jesús no aparece en este pasaje de evangelio.  Sin embargo, está aquí como el motivo de la narrativa.  Jesús es el Señor a quien Juan proclama como viniendo con la salvación.  Como tal, es el profeta que Israel ha esperado desde el tiempo de Moisés.  En el Libro de Deuteronomio Moisés, que hasta la fecha el mayor profeta de Israel, dice que Dios levantará a otro profeta como él.  Este profeta hablará con Dios cara a cara.  ¿De quién está hablando a no ser Jesucristo?  Para Lucas Jesucristo es el Hijo de Dios que viene como Moisés para liberar al pueblo de la esclavitud.  Pero es mayor que Moisés como es mayor del César Tiberio de la sincronización.  Jesús no libera a Israel de la esclavitud del Faraón sino al mundo de la esclavitud del pecado.  Él no solo habla cara a cara con Dios sino, como Hijo de Dios, muestra al mundo la cara de su Padre.  Dios lo levantará de entre los muertos para que lo sigamos.