El domingo, 16 de octubre de 2011

EL XXIX DOMINGO ORDINARIO

(Isaías 45:4-6; Tesalonicenses 1:1-5; Mateo 22:15-21)

El ratón es un animal listo. La gran proporción de su cabeza en relación con su cuerpo le dota una mayor capacidad cerebral. No como la rata, es difícil atrapar el ratón. Puede mantener a hombres pensando por días cómo cazarlo. El evangelio hoy cuenta de un grupo de hombres poniendo una trampa. Sin embargo, en este caso no buscan una molestia casera. No, quieren tropezar a Jesús.

Jesús ha llamado la atención del pueblo judío primero en Galilea y ya en Jerusalén. Habla con la autoridad, y sus sanaciones muestran que su autoridad viene de Dios. Para mantener su influencia propia sobre la gente, los fariseos planean cómo descreditarlo. Le propondrán una pregunta que no se puede contestar sin crear enemigos: “¿Es lícito o no pagar el tributo al César?” Si Jesús responde que “sí”, van a decepcionar a la mayoría de los judíos que odian el impuesto. Pero si dice que “no”, tendrán que enfrentar a los romanos por minar su poderío. En las elecciones el año próximo vamos a escuchar una pregunta tan controversial como la de los fariseos.

No sólo en los Estados Unidos sino también en México y, sin duda, en otros países se les preguntará a los candidatos su posición sobre el derecho de la mujer al aborto. Si el candidato dice que no existe, algunos van a clasificarlo como contra mujeres. Sin embargo, cada vez más los científicos muestran que tan pronto como la esperma masculina se una con el huevo femenino se produce un ser humano. No es un bulto de materia sino el principio de una persona individua. Por eso, quitar su vida en el proceso del desarrollo equivale moralmente al homicidio. Ni se puede justificar el derecho al aborto por asegurar que se hace para salvar la vida de la mujer embarazada o para ahorrar el dolor de una mujer violada. Raras veces se encuentran estas realidades lamentables. Por la gran mayor parte se hace el aborto porque la vida del niño es una inconveniencia. No le importa tanto a la mujer como otras consideraciones como su carrera o el ahorro de vergüenza.

Anteriormente en el evangelio Jesús enseñó a sus discípulos que tenían que ser “precavidos como la serpiente pero sencillos como una paloma”. Ya muestra cómo poner en práctica esas palabras. Pide una moneda que se usa para pagar el tributo. Por tener una a mano los fariseos señalan su buena disposición a apoyar el imperio romano. Entonces Jesús les pregunta cuya imagen está marcada en ella. Es un contra-trampa de la cual los fariseos no se dan cuenta. “De César” responden enseguida. Como cualquier americano puede decir cuyo retrato se imprime en el dólar, los fariseos identifican a su líder – no Dios sino el emperador.

Entonces Jesús hace su punto final. “Den, pues, al César lo que es del César—dice -- y a Dios lo que es de Dios”. Pero ¿qué es de César? Y ¿qué es de Dios? Jesús no elabora estos temas y los sabios los han debatido a través de los siglos. Ciertamente se difieren la lealtad debida a Dios y la debida al estado. No debemos la vida al estado aunque a veces se puede llamar a la persona a arriesgar su vida por el bien común. Debemos nuestras vidas a Dios. Por esta razón es pecado quitar su propia vida tanto como tomar la vida de otra persona. También debemos a Dios el seguimiento de la consciencia en la cual se distingue lo bueno de lo malo. Para ser ciudadanos fieles tenemos que pagar impuestos, ayudar a los vecinos en necesidad, y votar según la consciencia. Esto no quiere decir que votemos por un candidato político solamente porque está en contra al aborto. Pero sí significa que ponemos el planteamiento sobre del aborto como una prioridad en evaluar a los candidatos.

46 y 23,000 – ¿Qué significan estos números? ¿El número telefónico para el Vaticano? ¿La cantidad de las serpientes y las palomas en el parque central? No, representan el número de los cromosomas de cada persona humana y el número aproximado de los genes llevados por los cromosomas. Existen del momento que la esperma masculina encuentra el huevo femenino. Hacen la vida de todo humano como una prioridad sobre cualquiera conveniencia. Hacen la vida humana como una prioridad.

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