TERCER DOMINGO ORDINARIO
(Isaías 8:23-9:3; I Corintios 1:10-13.17; Mateo
4:12-23)
Dice el
evangelio que Jesús “se retira a Galilea”.
No es cierto si pensamos en “retirarse” como ir para descansar o ir para
escapar del trabajo. Galilea es parte
del territorio de Herodes Antipas, el rey que tiene Juan Bautista preso. Apenas duras iría allá para retirarse. Más bien Jesús va a Galilea para tomar la
antorcha que Juan ha dejado. Comienza a
predicar el mismo mensaje como Juan: “’Conviértanse, porque ya está cerca el
Reino de los cielos’”.
Galilea era
parte del antiguo Israel, pero no ha sido habitado sólo por los Israelitas por
siglos. En la primera lectura hoy el
profeta Isaías lo llama “tierra de sombras”.
Es “de sombras” porque los asirios la tomaron posesión al octavo siglo
antes de Cristo. En el tiempo de Jesús
la población es mixta con muchos paganos entre los judíos. Jesús va a dejar la evangelización de los
paganos a sus apóstoles después de su resurrección. Él se enfocará en los judíos oprimidos en su
propia tierra. Son oprimidos por los
romanos que ocupan todo Israel. Son
oprimidos también por los zelotes religiosos que cargan a los sencillos con normas
y reglas. Sobre todo son oprimidos, como todos nosotros, por su propio orgullo. Este pecado construye muros estorbando a la
gente del amor cívico que hace la vida rica.
En este
ambiente Jesús proclamará el Reino no sólo con palabras sino también con
obras. Sus curaciones y exorcismos recordarán
a la gente que Dios les ama mucho. Entonces
ellos en torno podrán extenderse a los demás en el espíritu del agradecimiento. Por eso, se ve Jesús en el evangelio como “una
gran luz” de la esperanza.
La
cultura americana se ha hecho en un tipo de Galilea, una “tierra de
sombras”. Sí restos del cristianismo
quedan pero la cultura desde Canadá a Argentina es más secular que
religiosa. Los cines y la televisión apenas
reflejan valores cristianos. Aun peor el
Internet trae a jóvenes imágenes que distorsionan la mente. En este ambiente la Iglesia tiene que
extenderse para reflejar la luz de Cristo.
Lo hace por una enseñanza moral ambos coherente y contundente. Lo hace por las acciones del Papa Francisco siempre
evitando despliegues de lujo. Lo hace
por millones de laicos leyendo sus Biblias y aplicando las lecciones en sus
vidas diarias. Hay una mujer que toma en
serio su fe. Ya retirada como enfermera,
ella enseña la religión a niños en diferentes lugares.
En esta selección
del evangelio de Mateo Jesús comienza su misión. Vamos a verlo en el transcurso del año proclamar
el amor de su Padre Dios. Encontrará el
orgullo de la gente pero no lo estorbará por mucho tiempo. Sus palabras y obras van a liberar a nosotros
junto con los judíos de Israel. Que nos quedemos enfocados en él.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario