EL CUARTO DOMINGO ORDINARIO
(Sofonías 2:3.3:12-13; I Corintios 1:26-31; Mateo 5:1-12)
En el
evangelio del domingo pasado oímos un tipo de “tweet” de Jesús. Dijo: “’Conviértanse, porque ya está cerca el
Reino de los cielos’”. Hoy y en los
próximos cuatro domingos el evangelio de San Mateo enseña el significado de
este mensaje. Muestra a Jesús tomando a
sus discípulos aparte para explicarles lo que involucra la conversión
verdadera.
Para
despertar sus esperanzas Jesús comienza su discurso con una descripción de la
meta. Las bienaventuranzas cuentan de
los premios que aguardan a aquellos que se convierten. En la lucha para los derechos civiles los
negros tenían que recordarse cómo la libertad valió los abusos que
experimentaban. Decían a uno y otro,
“Mantengan sus ojos en el premio”. Jesús
nos tiene el mismo consejo en este evangelio.
Todos los premios enumerados – “el reino de los cielos”, “misericordia”,
aun “la tierra” -- tienen el mismo fin.
Se dirigen al amor y la paz de la vida eterna.
Se puede
dividir las nueve bendiciones pronunciadas aquí en dos grupos. Unos tienen que ver con nuevas maneras de
ser. Otros atañan nuevas maneras de
actuar. ¿Cuáles son las más importantes? No se puede decir porque el comportamiento
procede del ser, tanto como se determina cómo es la persona por lo que hace.
En
primer lugar Jesús dice que ha de ser como “los pobres del espíritu”. Estos son las personas que viven dependientes
de Dios. Sean indigentes o sean
adineradas, ellos vuelven a Dios como su riqueza. No dejan
de hacer lo justo porque confían que Dios les recompensará. Un hombre de negocio quería jubilarse. En lugar de vender su agencia de seguros al
que le ofreciera el más dinero, se lo dio al comprador que le garantizó que no
quitara a ningún empleado. Aunque este
hombre vivía cómodo, era “pobre de espíritu”.
Otro
modo de ser que merece el premio de la vida eterna es con corazón limpio. Este estado tiene que ver con nuestra manera
de amar. Requiere que rechacemos el
deseo para poseer, dominar, y explotar al otro por el placer animal. Un matrimonio joven practicaba la
planificación natural hasta que el hombre terminara sus estudios. Admitieron que era difícil porque sentían el
deseo para la intimidad más fuerte cuando ella estuvo fértil. Pero por el bien de todos decidieron a
practicar la abstinencia por el período indicado cada mes.
Como
manera de actuar Jesús recalca a los que trabajan por la paz. Estas personas no se cansan frente al reto de
reconciliar a los enemigos. Primero, hacen
hincapié en los valores que los adversarios tienen en común. Entonces presentan modos creativos para
resolver las diferencias que emergen inevitablemente. Un día dos muchachos – amigos por años - tuvieron una discusión. No iban a hablar con uno y otro de
nuevo. Entonces el padre de uno de los
dos intervino. No insistió que su hijo
hiciera las paces con su amigo. Más
bien, él mismo las hizo. Buscó al otro
muchacho y le invitó acompañar a él y su hijo a un partido de fútbol. No tardó mucho antes de que los dos muchachos
conversaran como si nada les hubiera pasado.
Jesús
enumera nueve bienaventuranzas aquí al principio del Sermón del Monte. Pero no son las únicas del evangelio. En el primer capítulo del Evangelio según San
Lucas Isabel dice a María: “’Bendita eres entre todas mujeres’”. En el penúltimo capítulo del Evangelio según
San Juan Jesús pronuncia una bienaventuranza sobre aun nosotros cuando dice: “’¡Dichosos
los que creen sin haber visto!’” De
verdad estamos benditos sólo por haber sabido de Jesucristo. Ya tenemos que actuar conforme a sus maneras
para que realicemos la dicha de la vida eterna.
Ya tenemos que actuar conforme a sus maneras.
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