El domingo, 27 de mayo de 2018


La Solemnidad de la Santísima Trinidad

(Deuteronomio 4:31-34.39-40; Romanos 8:14-17; Mateo 28:16-20)


Una autora recientemente describió su camino de fe.  Vino de un tipo de hedonismo a la verdadera fe católica.  Dice que fue bautizada como niña en la Iglesia Episcopal pero se crió sin mucha formación cristiana.  En la universidad participó en el libertinaje que caracterizó los años mil novecientos setentas.  Como resultado se hizo enferma y desde la enfermería experimentó una conversión intelectual a Jesús.  Por un rato conoció la paz de Cristo pero sin la base firme se cayó de nuevo en el pecado grave.  Entonces conoció a una sanadora cristiana llamada Graciela.  Así la escritora tuvo una experiencia realmente transformadora.  Dejó el modo de vivir pecaminoso y tomó parte en el ministerio.  Primero asistía a iglesias evangélicas pero eventualmente se hizo católica. 

La autora recalca con el papa Francisco la importancia que la Iglesia sea un hospital de campaña.  Como en su caso con la sanadora, la Iglesia debe ofrecer los servicios de socorro y consolación.  Pues en este mundo de placeres dañinos muchos quedan heridos ambos psicóloga y físicamente.  Pero, dice ella, la Iglesia tiene que ser más que una caridad.  La Iglesia es el guardián de las tradiciones y la sabiduría de las edades.  Como tal la Iglesia tiene que disponer estos recursos al servicio del pueblo.  Nunca debería abandonar los sacramentos y la teología como sus instrumentos primarios.  Pues sólo por ellos puede desarraigar el pecado.

La fiesta de hoy representa una de las tradiciones más antiguas y céntricas de nuestra fe.  La doctrina de la Santísima Trinidad fue desarrollada en los primeros cuatro siglos de nuestra época.  En ese tiempo respondió a varios errores en cómo pensar en Dios.  Dice que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son el único Dios.  Pero no son tres partes de una unidad ni son tres modos de considerar la misma unidad.  Cada uno de las tres personas es distinto y cada uno comprende la totalidad de Dios.  Exactamente cómo existen así es un misterio difícil a entender pero necesario a aceptar.  Pues se puede decir que si el Hijo no fuera Dios, no tendría el valor de salvarnos del pecado.  Y si el Espíritu no fuera Dios, no podría hacernos hijos de Dios y herederos del cielo.

Nos cuesta entender cómo las tres personas de la Santísima Trinidad pueden ser uno.  También cuesta comprender cómo él único Dios puede ser tres.  Pero nuestra tarea en primer lugar es creer en ella, no entenderla.  En segundo lugar y aún más importante que nos realicemos la eficacia de ella.  Que seamos amorosos como el Padre, valerosos como el Hijo, e iluminadores como el Espíritu.  Así podemos ir por el mundo como el Señor Jesús nos dice en el evangelio.  Podemos mostrar a los lastimados por las drogas sonrisas acogedores.  Podemos decir a los desilusionados por el Internet palabras de comprensión. En breve podemos actuar, al menos un poco, como el Dios en que creemos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias padre Carmelo. Excelente reflexiòn para nuestro crecimiento. Dice usted: "La Iglesia es el guardián de las tradiciones y la sabiduría de las edades.  Como tal la Iglesia tiene que disponer estos recursos al servicio del pueblo.  Nunca debería abandonar los sacramentos y la teología como sus instrumentos primarios.  Pues sólo por ellos puede desarraigar el pecado".

Sin embargo fìjese como lamentablemente no lo aplicaron en nuestra Parroquia, cuando NO le abrieron la Iglesia a los graduandos de 4to año del Holy y a sus respectivos padres ( que los acompañarìan), y màs no recibir la bendiciòn. Y màs lamentable que tuvieran que buscar un Pastor protestante que sì con mucho amor le impartiò la bendiciòn. Aùn estoy en Miami, pero estoy al tanto. Y no sentir se lo hice saber a padre Osorio, como Sìndico. Eso no debe volver a ocurrir, independirnte del proceder de los jòvenes. Hay maneras para hacerlos reaccionar, y no como lo hicieron, causando una herida que dejarà huellas profundas.

Perdone, pero es que su homilia me ha hecho reaccionar nuevamente a ese asunto. Desde ese momento he orado por esa situaciòn.
Bendiciones.
Awilda